El Auditorio Miguel Ríos de Rivas-Vaciamadrid se convirtió durante dos jornadas de festival en el referente nacional de los festivales con música sin fronteras y humor sin censura. La octava edición del Festival Río Babel, celebrada los días 4 y 5 de julio, logró reunir a más de 50.000 personas, confirmando que su fórmula mestiza, plural y valiente funciona. Lo que comenzó en 2017 como una propuesta alternativa al circuito festivalero se ha consolidado en 2025 como una de las grandes citas culturales del verano en España. Y esta edición, marcada por el equilibrio entre nombres consagrados y nuevas voces, ha sido, sin duda, una de las más completas y emocionantes hasta la fecha.
¿Cómo fue el arranque de la segunda jornada en Río Babel 2025?
El sábado comenzó con una sacudida de energía desde el primer minuto. La joven banda extremeña Sanguijuelas del Guadiana abrió la jornada con un directo que mezcló punk, flamenco y actitud combativa. Temas como Cien amapolas pusieron el listón alto para un público que, desde el primer acorde, no dejó de saltar. Las banderas de Extremadura ondeaban entre la multitud como señal de una conexión que va más allá de lo musical.
La intensidad continuó con No Te Va Gustar, quienes desplegaron casi 30 años de trayectoria en un concierto donde no faltaron los himnos, las referencias visuales (como el guiño a Nicki Nicole en Venganza) y una emoción que conectó especialmente en temas como Prendido fuego.
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¿Qué artistas han destacado en Río Babel 2025?
La respuesta es amplia. El cante emocional y técnico de Yerai Cortés ofreció una actuación tan íntima como poderosa, con un dominio de la guitarra y la voz que dejó al público sin palabras. Minutos antes, GRISO había puesto al público a cantar con 1001 noches, en un set que alternó nostalgia y celebración con frescura indie-pop.
El turno de Bebe trajo una de las actuaciones más intensas del festival. Vestida con un esmoquin rosa, guitarra en mano y con su habitual presencia escénica cargada de fuerza emocional, ofreció una actuación de gran profundidad, mezclando flamenco-pop y electrónica sin perder un ápice de autenticidad.
Y entonces llegó la locura colectiva con Madness. Los británicos del ska pusieron patas arriba el Auditorio con un directo cargado de clásicos como Our House, One Step Beyond y Baggy Trousers. Entre saltos, humor y arreglos impecables, el público vivió uno de los momentos más memorables del fin de semana.
¿Cómo fue el cierre del festival y qué papel jugó la comedia?
El gran clímax llegó de la mano de Estopa, que celebró su 25 aniversario por todo lo alto. Con un repertorio infalible (Fuente de energía, Partiendo la pana, Vino tinto), los hermanos Muñoz lograron algo que parecía imposible: más de 25.000 personas coreando cada verso, cada estribillo, como un solo corazón. Una actuación que no fue solo un concierto, sino un ritual colectivo cargado de emoción y memoria.
El cierre siguió con actuaciones de gran altura: la fuerza escénica y emocional de Queralt Lahoz, el despliegue festivo de Alamedadosoulna, y la fantasía explosiva de Swing Original Monks, que despidieron Río Babel entre máscaras, colores y ritmos tropicales que fundieron cumbia, rock, dembow y conciencia social.
En paralelo, Babel Comedy volvió a dejar huella. Desde el live show del pódcast No hay negros en el Tíbet, hasta las intervenciones de Ignatius Farray, Raúl Massana, Isabel Rey y compañía, el espacio cómico reafirmó su identidad como una parte esencial del alma del festival, capaz de provocar carcajadas y reflexión a partes iguales.
Con esta edición, Río Babel 2025 no solo ha superado expectativas, sino que ha consolidado su lugar como uno de los eventos culturales más sólidos y diversos del país. El festival ha demostrado que se puede combinar programación de calidad, ambiente inclusivo, producción cuidada y propuestas que conectan con distintas generaciones sin perder identidad.
Y si algo quedó claro al terminar la última canción, es que Río Babel no es solo un festival: es un espacio de encuentro donde la música, el humor y la diversidad construyen un relato colectivo que, año tras año, sigue creciendo.
