FACUA-Consumidores en Acción ha puesto en el punto de mira al festival Brava Madrid, tras presentar una denuncia ante la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) por una práctica que consideran desproporcionada: exigir certificados médicos a quienes necesitaban acceder con comida debido a alergias o intolerancias. Una medida que, según la organización, vulnera el derecho a la protección de datos de los asistentes y que ha despertado un intenso debate sobre los límites del control en eventos multitudinarios.
En la web del festival, celebrado los días 19 y 20 de septiembre en Torrejón de Ardoz, podía leerse en su apartado de “Info importante” que los asistentes con intolerancias alimentarias “podrán acceder con comida individual mostrando el certificado médico correspondiente”. FACUA detectó esta condición y la calificó como un requisito injustificado, dado que obliga a revelar información sanitaria especialmente protegida para algo tan básico como entrar con alimentos permitidos.
¿Por qué FACUA considera ilegal esta práctica?
La asociación recuerda que exigir un certificado médico implica tratar datos personales vinculados a la salud, considerados de categoría especial y protegidos por la normativa europea. El Reglamento (UE) 2016/679 establece que estos datos solo pueden recogerse cuando resulten estrictamente necesarios y proporcionados, algo que, según FACUA, no se da en este caso.
El artículo 9 del mismo reglamento deja claro que el tratamiento de datos relacionados con la salud está prohibido salvo excepciones muy concretas, y la Ley Orgánica 3/2018 tipifica como infracción “muy grave” vulnerar los principios básicos del tratamiento de datos, incluida la minimización exigida en el artículo 5.
¿Qué consecuencias podría tener para Brava Madrid?
FACUA ha solicitado a la AEPD la apertura de un expediente sancionador que determine si la promotora del evento infringió la normativa vigente. De confirmarse, podría enfrentarse a sanciones importantes por gestionar de forma indebida información sanitaria de los asistentes. En un contexto en el que los festivales trabajan por mejorar su experiencia y accesibilidad, decisiones como esta vuelven a poner la gestión de datos personales en el centro del debate.
















