Crónica del Festival de Les Arts 2018

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Por @ATO1977

Lo primero pedir disculpas por la tardanza en escribir esta crónica, la verdad es que estuve en una encrucijada, no sabía si resaltar lo que no me gustó, o dar énfasis a aquello que es simplemente maravilloso. Porque creo que hay que ser sinceros, y desde la crítica constructiva, mostrar los fallos, para en la siguiente edición mejorar. Bueno, allá vamos.

Ya finalizó el Vol. IV del Festival de Les Arts, al que volvíamos tras su primera edición en 2015, y por cuarto año Valencia ha vuelto a ser el centro de la música indie, sólo se me ocurre daros las gracias, porque hacéis que un valenciano como yo pueda presumir de ciudad ante tanta gente.

Pero estas loas, y la de otros medios no tienen que cegaros, hay que seguir mejorando. Este año habéis colgado el cartel de “no hay billetes” cuando aún faltaba un mes para el comienzo, y eso es síntoma de que se están haciendo bien las cosas, y que el público está con vosotros.

El recinto se queda pequeño, este año he visto una masificación de gente, y en ciertos momentos era hasta incómodo. Es una crítica desde el respeto, y la devoción, que siento por el Festival, supongo que ya estaréis trabajando en ello. Es hora de pensar si hay que crecer, aumentando en la manera de lo posible el recinto, o si por el contrario nos quedamos como estamos.

Los escenarios más pequeños acogieron grandes grupos, y sé de mucha gente que se quedó con las ganas de verlos porque no estaban cómodos.
Después de estos pequeños apuntes, vayamos a lo interesante, fueron dos días de auténtico disfrute para un enamorado de la música como yo, donde puedes conjugar grandes bandas, con bandas emergentes, pero con un nivel espectacular.

Viernes 8
Por algún problemilla particular, no pude ir lo pronto que me habría gustado. Para cuando llegué, ya me había perdido a los dos primeros conciertos de los escenarios Coolway y Brugal, me perdí a L’Emperador y a Berklee en el primero de estos, y a Joe Pask y Morgan en el segundo. Es lo que tiene que empiecen tan pronto en un día laborable. Son grupos a los que quería ver porque a algunos de estos no los había visto nunca en directo, y me han hablado maravillas de su paso por Les Arts. En especial me dolió perderme a Morgan, porque a mi parecer Nina de Juan es una de las voces femeninas más bonitas y trabajadas del panorama musical patrio.

Cuando entré por el recinto, ya sonaba Elefantes, una banda por la que no pasan los años, y que han conseguido que el público cante una canción que ya hace años cantaban sus padres, hablo de “Te quiero” de Jose Luis Perales, y que demuestra que la música a veces no entiende de edades, ni de géneros. El público disfrutó con ésta, y con muchas más, y Shuarma y el resto dieron todo lo que llevan dentro, para que yo empezase con muy buen pie el festival, y terminando, corriendo a la zona VIP a tomarme una cervecita, y disfrutar de Jorge y La Habitación Roja.

Coincidían en el escenario Heineken La Habitación Roja, y al mismo tiempo Rufus T. Firefly en el Coolway, la decisión, aunque difícil, estuvo clara, decidí quedarme con LHR porque quería ver a Jorge después del susto que nos dio hace unos meses. Contaré un secreto, hace seis o siete años, era muy crítico con los chicos de La Habitación, creía que estaban muy estancados en los directos, igual no era así y era mi percepción, pero siempre les tuve un poco de tirria, igual era porque llevo viéndolos desde que empezaron en el Circuit de Rock hace ya más de veinte años, y les exigía más que al resto, pero fue un grandísimo directo. Jorge estaba pletórico, y lo dio todo con las canciones de toda la vida, e hizo sonar las del nueva disco, entre las que “Madrid” es de mis favoritas, y disfruté como un niño en la noche de reyes al oírla.

Terminado el concierto, corriendo a ver a Viva Suecia, a estos chicos da gusto verlos, porque nunca defraudan en el escenario. Si me hubiesen dicho que estaban programados en el escenario principal, no me habría extrañado, y habría llenado igual. Porque yo si que no os miento cuando digo que les hace falta espacio, para ser exactos un espacio más grande, y se llama escenario principal. El público saltó, vibró, cantó, bailó con “Bien por ti”, “Con hemos ganado tiempo” y con todas y cada una de sus canciones, mientras hondeaban varias banderas de Suecia entre el público, y cientos de fans llevaban sus caras pintadas de azul y amarillo, que a veces me pregunto, ¿qué pasaría si les enseñamos unos vídeos del público durante un concierto? ¿Pensarían que ya había empezado el mundial y Suecia lo ganaba?.

        

Viva Suecia, @mariaserendipia

Después de esto, con el cansancio de saltar y gritar, sí, lo mío no es cantar, más bien es berrear, volví a disfrutar del dos por uno en cerveza de la zona VIP y me dispuse a ver a Carlos Sadness, me parece un artistazo, y me hace muchísima gracia como este tío con un ukelele puede llenar tanto un escenario, sin desmerecer a la banda que le acompaña. Un público rozando el éxtasis en momentos, con canciones como “Bikini” o “Qué electricidad”, música positiva, llena de buen rollo, y con esos ritmos que te llevan a una playa a disfrutar de un mojito.

Y ya empezaba a caer la noche, mi estómago empezaba a pedirme que le diese algo sólido. Y al ver el formato de El Columpio Asesino, decidí que era el mejor momento para hacerlo, mientras lo hacía, los escuché de fondo, pero bueno, salvo “Toro” o “Ballenas muertas en San Sebastián” tampoco es un grupo por el que sienta devoción, así que decidí que era el momento de cenar. Pese a que en la zona VIP teníamos una food truck que hacía unas hamburguesas espectaculares, preferí darme una vuelta por la zona de comida, me costó decidirme y más debido a las colas, es algo que tienen que subsanar, porque para cuando me atendían ya llevaba el concierto de El Columpio Asesino media hora, entiendo que si hay mucha oferta de comida, ellos no ganarán, y si no ganan dinero no querrán volver a montar food trucks las empresas, pero hay que buscar un término medio, donde ellos ganen y nosotros no estemos en la cola 30 minutos.

Con el estómago lleno, todo se ve mejor, y lo que vi bien fue a Dorian, pese a que aprecié unos problemas de sonido, creo que el público ni se inmutó, y Marc estuvo tan grande como siempre y el resto, pues tres cuartos de lo mismo. Las canciones de siempre sonaron como nunca, y las del nuevo trabajo, “Justicia Universal” fueron muy bien recibidas por los presentes. La verdad es que me quedé muy satisfecho, porque la última vez que los vi fue en el “conciertus interrupus” del Sonorama, en ese que a mitad de concierto se perdió el sonido para no volver nunca más. Esta vez hubo concierto, y lo disfruté.

Ya quedaba poco, las Nancys Rubias y Crystal Fighters, pero tuve que hincar la rodilla, y mostrar rendición. Las Nancys reconozco que son un puro espectáculo, pero a esas horas no tenía fuerzas para seguir, por entonces llevaba más de 20 horas despierto y pese a que no lo niegan y es parte de su espectáculo el hacer play back, pues mi cuerpo pidió descanso, y decidí dárselo. Sé que con esta decisión me perdía a Crystal Fighters, pero quedaba otro día por delante, y me enseñaron hace tiempo, que el soldado que huye, sirve para otra batalla.

Sábado 9
Con las pilas cargadas, y con ganas del segundo día entré al recinto corriendo, porque empezaba Ángel Stanich y no quería perdérmelo. Éramos pocos, es lo que tiene actuar tan temprano, pero los que estábamos disfrutamos, y muchos sentíamos pena por aquellos que no hacen un esfuerzo por venir antes, y disfrutar como lo hacemos nosotros. Ya es un habitual de estos horarios, y pese al calor que hacía en Valencia a esa hora, el volvió a hacer lo que sabe, un concierto de diez. Creo que se está ganando un horario más fresco, no en Les Arts, si no en el resto de festivales también, porque con los botes que pega, y esos pelos (que diría mi madre) algún día le da un síncope, pero para nuestra suerte no le dio, y nada más terminar a por la sorpresa del día.

Sí, sorpresa, porque a título particular participé en un concurso donde podría escuchar lo último de Full, “Alfombra Roja” y que a estas alturas, ya todos habéis escuchado ¡y me tocó el concurso!. El inconveniente es que tuve que perderme unos cuantos conciertos, aunque mereció la pena, los chicos de Full son mi debilidad, y ellos lo saben, y ser uno de los elegidos para escucharles fue un honor, la canción me pareció otro bombazo, y lo pude constatar en la cara del resto de agraciados, todos disfrutamos, me preguntaron que dijese en una palabra ¿qué me parecía? Estuve a punto de decir “supercalifragilisticoespialidoso” porque Mary Poppins ya decía que cuando no sepas que decir, era la mejor manera de describir algo maravilloso, pero pensé, iba a quedar muy friky a la par que un abuelo, así que simplemente dije “diferente” porque me pareció distinta a todo lo anterior.

Para cuando salía de escuchar lo nuevo de Full, empezaba Coque Malla, un tío que ha sabido adaptarse a los tiempos, ha sabido recoger a los que ya lo seguíamos con Los Ronaldos, y enganchar a las nuevas generaciones de melómanos. El público lo disfrutó y lo pude apreciar en pleno centro de la zona general, un público entregado. A mí me ganó cuando empezaron a sonar los acordes de “El equilibrio es imposible” de Los Piratas, es lo que tiene que sea fan de éstos, que cualquier grupo que canta algo de ellos, o de Iván Ferreiro, pues me ganan para toda la vida, pero no hubo tiempo para más (para mí) en este concierto, empezaba Full y aunque no había sonado “No puedo vivir sin ti”, yo tenía que ver a Javi Valencia y el resto de los chicos.

No soy imparcial cuando hablo de ellos, los descubrí hace varios años, y con algunos de ellos ha nacido una bonita amistad, y sé que puedo no ser todo lo crítico que debería, pero lo intentaré. En las primeras filas saltábamos todo lo que tocaban, y aunque fallase el micro de Javi, no nos importó, nosotros la cantamos, y él mientras, sin perder la sonrisa, buscaba un micro donde poder seguir, se lo cogió a Bubby Sanchís, y después a Manu, y siguió cantando, con una voz que me enloquece, creo que es de las mejores voces del indie patrio, y creo que hace tiempo que se merecen escenario principal en los festivales. Después del percance del micrófono, siguieron a lo suyo, que es hacernos vibrar, da igual que cantase temas de “Mi primer atraco” o de “Tercera Guerra Mundial”, todas las canté, o lo intenté, y las salté. “Misión y Funeral”, “Burbuja de Champagne” (con ese guiño a “Diecinueve” de Maga), “Desconectados” “Aullando”… da igual cuál sea, yo la bailé, y lo disfruté, y sólo puedo que daros las gracias por tanta felicidad al veros.


Full, @mariaserendipia

Y después tenía que reponer fuerzas, pero quería ver a las dos actuaciones que se solapaban, así que tenía un dilema, por lo que decidí ver un rato de la actuación de Sidecars, y otro poco de los valencianos de Tortel, y me ganaron los valencianos, eran la primera vez que los veía, siempre que intentaba ir a verlos pasaba algo, y me quedaba con las ganas, y esta vez pude hacerlo, y me parecieron una buena muestra de que en Valencia, no sólo tenemos buen gusto para escuchar música, si no que también para crearla. Mi más sentida enhorabuena.

Les Arts vol. 4 empezaba a languidecer, ya quedaba muy poco para echar el cierre, pero aún había tiempo para bombazos, como fue el caso de La Maravillosa Orquesta del Alcohol, La M.O.D.A para abreviar, son brutales, con ritmos pegadizos y mucho trabajo detrás hicieron que el público corease una y otra vez el grito ¡Escenario principal! y es que son otros de los que se merecen un escenario más grande, porque lo llenan, y de sobra. Genios y figuras, sin duda alguna fueron los “Héroes del Sábado” porque “Los Locos son ellos” o quizás nosotros gracias a su música.

Y mi estómago volvió a decirme que tenía que reponer fuerzas, llevaba desde las cuatro sin tomar nada sólido, y aún quedaba mucho por saltar, así que sacrifiqué Mando Diao, que por otra parte no soy muy fan, y volví a adentrarme en el mundo de las colas eternas, 30 minutos para poder tener en mis manos un kebab, que quizás por la espera me supo a gloria, me lo terminé viendo un rato el concierto de los chicos de Suecia, pero corriendo a ver a Amatria.

La lluvia no nos detuvo, este tío es un crack, no puedo definirlo de otra manera, con unas letras que rozan lo surrealista en algunas ocasiones, se metió al público en el bolsillo, da igual que el cielo no quisiese respetarnos, cuando un cantante hace espectáculos como el del sábado, y cuando transmite tanta energía, nos da igual lo que pase fuera, da igual si cae el diluvio universal o un meteorito en L’Oceanografic, nosotros seguiremos bailando como si no hubiese un mañana, gracias Joni por ser como eres, y por hacernos tan felices.

Y ya no quedaba tiempo para mucho, sólo para la gran bomba, por lo menos para mí. Aparecieron los granadinos de Lori Meyers y nos volvimos locos, es lo que tiene cuando un grupo tiene algunos de los himnos musicales del indie español, que todos nos emocionamos, y cantamos todas las canciones, y esperamos esas que forman parte de nuestra vida, “Mi realidad” “Luces de Neón” “Emborracharme”. No hay mejor forma de acabar que dándolo todo, y yéndonos para arriba, porque terminaba Les Arts Vol.4 pero aún quedaba noche.

Y con los fuegos artificiales cerramos una edición apoteósica, con un lleno absoluto, y como dije al principio, por favor, ¡No muráis de éxito! porque Valencia os necesita. A por el Festival vol. 5, ¡¡¡nos vemos el 7 y 8 de junio de 2019!!!

Fotos: @ato1977 , Festival de les Arts y @mariaserendipia


Nota: Contenido Actualizado con fecha 11/05/2024 23:12

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